El manga nace de la combinación de dos tradiciones: La del arte gráfico japonés y de la historieta occidental. Sólo cristalizaría con los rasgos que hoy conocemos tras la Segunda Guerra Mundial.
- La tradición gráfica japonesa
Las primeras características del manga pueden encontrarse en el Chojugiga (dibujos satíricos de animales), apenas se conservan actualmente unos escasos ejemplares en blanco y negro.
Durante el periodo Edo, el ukiyo-e se desarrolló con vigor, y produjo las primeras narraciones remotamente comparables a los géneros actuales, que van de la historia y el erotismo a la comedia y la crítica.

- La prensa satírica de origen occidental (1862-)
Durante el siglo XIX, los artistas occidentales se maravillaban del ukiyo,-e, gracias a la exótica belleza que transmitía. Los verdaderos inicios del manga moderno no se debieron al esteticismo del arte, sino a la expansión de la influencia cultural europea en Japón.
Charles Wirgman y George Bigot, ambos, críticos de la sociedad japonesa de su tiempo, quienes sentaron las bases para su desarrollo. La expansión de las técnicas historietísticas europeas se tradujo en una producción lenta pero segura por parte de artistas autóctonos japoneses.
Tagosaku to Mokube no Tokyo Kenbutsu se considera el primer manga en su sentido moderno.
Igual que en Europa, el uso de globos de diálogo que ya era habitual en la prensa estadounidense todavía no se había generalizado. Simultáneamente, desde 1915 se empezó a ensayar la adaptación del manga a la animación, lo que más tarde devendría en el surgimiento del anime.
- Los primeros mangas infantiles (1923)
Los años 1920 y 1930 fueron muy halagüeños con la aparición de historietas infantiles, como Las aventuras de Shochan (1930) y Los tres mosqueteros con botas en la cabeza (1930).
Para esa época, habían surgido historietas bélicas como Norakuro (1931-1941), ya que el manga sufría la influencia de las políticas militaristas que preludiaban la Segunda Guerra Mundial, durante la cual fue usado con fines propagandísticos. En 1945, las autoridades de ocupación estadounidenses prohibieron de manera generalizada este género.
- Nacimiento del manga moderno (1945)
Tras su rendición incondicional, Japón entraría en una nueva era. El entretenimiento emergión como industria respondiendo a la necesidad psicológica de evasión ante una cruda posguerra. La falta de recursos de la población en general requería de medios baratos de entretenimiento, y la industria tokiota de mangas basados en revistas vio surgir competidores. Apareció así el Kamishibai, una especie de leyendas de ciego, que recorría los pueblos ofreciendo su espectáculo a cambio de la compra de caramelos. El Kamishibai no competía con las revistas, pero sí otros dos nuevos sistemas de distribución centrados en Osaka:
- Las bibliotecas de pago, que llegaron a constituir una red de 30.000 centros de préstamo que producía sus propios mangas en forma de revistas o tomos de 150 páginas.
- Los libros rojos, tomos de unas doscientas páginas de papel de baja calidad en blanco y negro, cuyo rasgo característico eran sus portadas en color y su bajo precio. Esta industria pagaba a sus artistas sueldos próximos a la miseria, pero a cambio les otorgaba una amplia libertad creativa.
Osamu Tezuka, un estudiante de medicina veinteañero apasionado de los dibujos animados, cambiaría la faz de la historieta nipona con su primer libro rojo: La nueva isla del tesoro, que vendió de súbito entre 400.000 y 800.000 ejemplares, gracias a la aplicación a la historia de un estilo cinematográfico que descomponía los movimientos en varias viñetas y combinaban este dinamismo con abundantes efectos sonoros. Manga Shōnen fue la primera revista infantil dedicada en exclusiva al manga, y en la que Tezuka publicó Astroboy. Hay espacio, sin embargo, para autores como Machiko Hasegawa, creadora de la tira cómica Sazae-san, Kon Shimizu o Shigeru Sugiura con un grafismo muy diferente. Un año después, Shonen desapareció y los libros rojos agonizaron. Entre ambos, y por obra de Osamu Tezuka, habían puesto los pilares de la industria del manga y anime contemporáneos.
- El lenguaje del manga (1959-)
El triunfo de las revistas de manga acabó con el Kamishibai, y muchos de sus autores se refugiaron en el sistema de bibliotecas. Las revistas de manga eran todas infantiles, y las bibliotecas encontraron su nicho creando un manga orientado hacia un público mas adulto: el gekiga. Se abrieron a géneros más violentos, escatológicos o sensuales como el horror, las historias de samuráis, los mangas sobre yakuzas, el erotismo, etc. La competencia en el terreno gráfico del gekiga obligó a las revistas a reducir la presencia del texto, aumentando el número de páginas y el tamaño para mejorar su visión.
Con el comienzo del auge económico, el pueblo nipón exigía mas manga. En respuesta, una de las principales editoras de libros, Kodansha, se introdujo en el mercado de revistas. Su título era Shonen Magazine cambió la pauta de periocidad mensual a semanal, multiplicando la producción, aunque esta vez con sueldos millonarios. Este sistema de producción sacrificaba el color, la calidad del papel y la sofisticación temática, llevándose también de paso la crítica política, pero aumentaría vertiginosamente las ventas hasta cifras astronómicas y con ellas los beneficios empresariales, convirtiendo al manga en el medio de comunicación más importante del país.
Durante el periodo Edo, el ukiyo-e se desarrolló con vigor, y produjo las primeras narraciones remotamente comparables a los géneros actuales, que van de la historia y el erotismo a la comedia y la crítica.

- La prensa satírica de origen occidental (1862-)
Durante el siglo XIX, los artistas occidentales se maravillaban del ukiyo,-e, gracias a la exótica belleza que transmitía. Los verdaderos inicios del manga moderno no se debieron al esteticismo del arte, sino a la expansión de la influencia cultural europea en Japón.
Charles Wirgman y George Bigot, ambos, críticos de la sociedad japonesa de su tiempo, quienes sentaron las bases para su desarrollo. La expansión de las técnicas historietísticas europeas se tradujo en una producción lenta pero segura por parte de artistas autóctonos japoneses.
Tagosaku to Mokube no Tokyo Kenbutsu se considera el primer manga en su sentido moderno.
Igual que en Europa, el uso de globos de diálogo que ya era habitual en la prensa estadounidense todavía no se había generalizado. Simultáneamente, desde 1915 se empezó a ensayar la adaptación del manga a la animación, lo que más tarde devendría en el surgimiento del anime.
- Los primeros mangas infantiles (1923)
Los años 1920 y 1930 fueron muy halagüeños con la aparición de historietas infantiles, como Las aventuras de Shochan (1930) y Los tres mosqueteros con botas en la cabeza (1930).
Para esa época, habían surgido historietas bélicas como Norakuro (1931-1941), ya que el manga sufría la influencia de las políticas militaristas que preludiaban la Segunda Guerra Mundial, durante la cual fue usado con fines propagandísticos. En 1945, las autoridades de ocupación estadounidenses prohibieron de manera generalizada este género.
- Nacimiento del manga moderno (1945)
Tras su rendición incondicional, Japón entraría en una nueva era. El entretenimiento emergión como industria respondiendo a la necesidad psicológica de evasión ante una cruda posguerra. La falta de recursos de la población en general requería de medios baratos de entretenimiento, y la industria tokiota de mangas basados en revistas vio surgir competidores. Apareció así el Kamishibai, una especie de leyendas de ciego, que recorría los pueblos ofreciendo su espectáculo a cambio de la compra de caramelos. El Kamishibai no competía con las revistas, pero sí otros dos nuevos sistemas de distribución centrados en Osaka:
- Las bibliotecas de pago, que llegaron a constituir una red de 30.000 centros de préstamo que producía sus propios mangas en forma de revistas o tomos de 150 páginas.
- Los libros rojos, tomos de unas doscientas páginas de papel de baja calidad en blanco y negro, cuyo rasgo característico eran sus portadas en color y su bajo precio. Esta industria pagaba a sus artistas sueldos próximos a la miseria, pero a cambio les otorgaba una amplia libertad creativa.
Osamu Tezuka, un estudiante de medicina veinteañero apasionado de los dibujos animados, cambiaría la faz de la historieta nipona con su primer libro rojo: La nueva isla del tesoro, que vendió de súbito entre 400.000 y 800.000 ejemplares, gracias a la aplicación a la historia de un estilo cinematográfico que descomponía los movimientos en varias viñetas y combinaban este dinamismo con abundantes efectos sonoros. Manga Shōnen fue la primera revista infantil dedicada en exclusiva al manga, y en la que Tezuka publicó Astroboy. Hay espacio, sin embargo, para autores como Machiko Hasegawa, creadora de la tira cómica Sazae-san, Kon Shimizu o Shigeru Sugiura con un grafismo muy diferente. Un año después, Shonen desapareció y los libros rojos agonizaron. Entre ambos, y por obra de Osamu Tezuka, habían puesto los pilares de la industria del manga y anime contemporáneos.
- El lenguaje del manga (1959-)
El triunfo de las revistas de manga acabó con el Kamishibai, y muchos de sus autores se refugiaron en el sistema de bibliotecas. Las revistas de manga eran todas infantiles, y las bibliotecas encontraron su nicho creando un manga orientado hacia un público mas adulto: el gekiga. Se abrieron a géneros más violentos, escatológicos o sensuales como el horror, las historias de samuráis, los mangas sobre yakuzas, el erotismo, etc. La competencia en el terreno gráfico del gekiga obligó a las revistas a reducir la presencia del texto, aumentando el número de páginas y el tamaño para mejorar su visión.
Con el comienzo del auge económico, el pueblo nipón exigía mas manga. En respuesta, una de las principales editoras de libros, Kodansha, se introdujo en el mercado de revistas. Su título era Shonen Magazine cambió la pauta de periocidad mensual a semanal, multiplicando la producción, aunque esta vez con sueldos millonarios. Este sistema de producción sacrificaba el color, la calidad del papel y la sofisticación temática, llevándose también de paso la crítica política, pero aumentaría vertiginosamente las ventas hasta cifras astronómicas y con ellas los beneficios empresariales, convirtiendo al manga en el medio de comunicación más importante del país.
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